Artivista.


“Yo pienso seguir dando el mismo rollo hasta morir; el día que eso ocurra, que no me da la gana morirme, espero haber dejado una semilla plantada” C.M.
El valor transversal e integrador de César Manrique en Lanzarote abarca todos los ámbitos de desarrollo de la economía insular. Desde la conservación del paisaje, hasta la promoción turística a gran escala. Transformándose en una figura integradora que se introduce tanto directa como indirectamente en la vida de todas las personas que de una forma u otra habitan la isla.
César Manrique, entre los años sesenta y noventa, diseñó cerca de una veintena de espacios arquitectónicos e innumerables esculturas y pinturas. Aportaciones al patrimonio artístico canario del último siglo. También es de destacar su labor como activista medioambiental en su isla natal de Lanzarote. Manrique ha sido descrito, en numerosos artículos y publicaciones, como amante de su tierra; rasgo que le lleva a reinterpretar el patrimonio arquitectónico tradicional a la vez que busca establecer unas primeras pautas urbanísticas que permitan el crecimiento sostenible y respetuoso con el entorno a la llegada del turismo a la isla de Lanzarote.
Manrique es consciente de la autenticidad de la isla, con lo que toda su obra pone en valor dichos rasgos únicos. Esta puesta en valor sienta las bases del modelo de desarrollo urbanístico de Lanzarote y educa a la sociedad canaria, dotándola de valores y criterios por primera vez en las islas.
Cien años después del nacimiento de Manrique, y casi treinta después de su fallecimiento, parece ineludible corroborar la figura del artista social en su faceta más activista y comprometida con los valores culturales y paisajísticos de la isla y adentrarse en el imaginario colectivo que se manifiesta en la sociedad contemporánea.

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