Sobre el valor de la pregunta como acto reflexivo.

La realidad envuelve nuestras inquietudes para transformarlas en asombros, angustias y ansias de conocimiento. Factores que a su vez nos permiten repensar los significados colectivos que generamos sobre temas que nos afectan desde lo social, lo educativo y lo cotidiano.
El hacer de la pregunta una acción motivadora, desde lo social y lo político, implica asumir la libertad de expresión y de relaciones con la tradición cultural que nos envuelve, permitiendo el cuestionamiento de lo que conocemos a través de la recreación mental y la representación de subjetividades.
En este sentido, usar la pregunta como herramienta de aproximación a la realidad a través de la reflexión y el pensamiento, produce en el ser humano un acercamiento directo a su propio ser y a su cultura. Su práctica, invita a la búsqueda de conocimiento desde una mirada crítica y reflexiva, así como una aproximación directa a las experiencias comunes a través de un ejercicio de construcción colectiva de la realidad, donde valores como la educación, la convivencia y la cultura se ponen de manifiesto.
La pregunta como herramienta retórica no persigue la respuesta, sino todo lo contrario. Pretende invitar al receptor a abrirse a la reflexión y al debate.

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